Los fines de semana de la temporada de verano suelen ser motivo para reunirse en familia y compartir, compartir tiempo, compartir bebidas y compartir comida…
Se suelen ganar varios kilos no deseados en estas fechas producto no solamente del aumento del volumen de comida sino de la mezcla de los mismos, con la adicional presencia de alcohol en sus miles de formas.
Un concepto muy importante a tener en cuenta es que los kilos recientemente ganados son más fáciles de eliminar que los kilos que ya tienen un buen tiempo acompañándonos, por eso es crucial tomar medidas correctivas de inmediato y no dejar que el tiempo y el desorden de horarios y comidas nos terminen ganando. Es típico el pensamiento de: ” mejor bajo un poco de peso antes de ir al doctor a que me pese “, situación que termina en mi consulta no con los 3 kgs ganados sino con 5 o 6 kgs producto del esfuerzo en vano por ordenar las comidas.
Un error frecuente entre los pacientes es la incapacidad de diferenciar si los kilos ganados son de grasa o de agua (hinchazón, retención de líquidos). La retención de líquidos suele ser brusca, ubicarse más en tobillos, manos y suele estar asociada a un incremento en la ingesta de alimentos con sal (sillau, embutidos, aceitunas, quesos salados). Para perder peso producto de esta situación se debe beber mucho líquido y disminuir el consumo de alimentos con alto contenido de agua (verduras y frutas). No es recomendable el uso de laxantes salvo prescripción médica.
Si no hay retención de líquidos suelo recomendar a los pactes suprimir harinas y azúcares al menos por 48 hrs y beber mucho líquido. Estas recomendaciones ayudan a recuperar el peso de manera más rápida siempre y cuando las medidas sean tomadas inmediatamente luego del fin de semana.